Fuente imagen: www.que.es
Llevo
varios años entrenando, he estado también varios, escuchando al entrenador durante entrenamientos
y partidos. He sido entrenador ayudante, y actualmente soy entrenador y también
en otro equipo jugador. Pues bien, mi experiencia en estos ámbitos me han
enseñado como un entrenador puede ser capaz de efectuar una charla motivadora
antes de un partido y que los jugadores salgan especialmente activados,
coincidencias o no, en varios de estos partidos el equipo ganaba en los primeros 10
minutos…
He vivido situaciones en las que viendo a los jugadores escucharme, sentía que les transmitía que podían ganar en casa del líder aunque no
hubiese perdido ningun encuentro en toda la liga, ni como local ni como visitante. También debo
decir que he vivido muchos en los que mis palabras no surtieron efecto y
alguno, por suerte los menos en los que quizás relaje o active en exceso a mis
jugadores.
He vivido momentos en que mis propios entrenadores me decían “algo”
que desencadenaba en mi una dosis de confianza que me permitía sacar mi humilde
potencial, otros con los que jugaba constantemente bajo presión y no rendía… Pero
además de todos estos aspectos llamémoslos psicológicos, he vivido como
entrenandor como, trasl el trabajo de ciertos movimientos, mi equipo más adelante los conseguía hacer en el
partido y generabamos ocasiones de gol, o lográbamos abortar el ataque del
rival, e incluso muchas veces recuperar el balón tal y como teníamos previsto.
El
entrenador influye y mucho en un equipo, y por tanto en un partido y en su
resultado.
Lo hace
desde el primer día, desde ese llegar antes que nadie dando ejemplo a sus
jugadores, lo hace desde el primer saludo en cada entrenamiento, mostrando a
los jugadores que el respeto es la base para una buena convivencia y sabiendo
también que del afecto se consigue más que del miedo. Lo hace desde cada
entrenamiento, desde cada tarea, de como interviene en ellas, de como prepara
al equipo, de como percibe la activación de sus jugadores, antes, durante y
después del partido. Su intervención es crucial, es tal, que yo mismo he sentido como
alguno de estos aspectos tenía una gran influencia en el resultado final,
evidentemente no en tdos, ni probablemente en la mayoría, pero sí en muchos de
ellos. ¿Soy un gran entrenador? No. Soy un entrenador como cualquiera, pero simplemente
nos tenemos que dar cuenta de que nuestra formación es vital para que los
jugadores mejoren, de que nuestras palabras son importantes, y de que en un
partido de fútbol aunque sean 90 minutos, influyen muchas más cosas.
Al fin
y al cabo la temporada pasada intenté preparar a mi equipo durante más de 100
entrenamientos más de 9000 minutos, para competir 2700 minutos.
Para organizar todo ese tiempo, o mejor dicho para poder aprovecharlo al máximo posible, siempre es aconsejable tener al menos una forma de trabajar coherente y organizada, para al menos tener la sensación que lo que intentamos transmitir lo trabajamos dando lo mejor de nosotros mismos.
Próxima parte, Metodología de Entrenamiento Parte 3, (Mi metodología de entrenamiento).